Cuba con
fuerte dependencia económica de la Unión Soviética de entonces y de los
países socialistas del Bloque de
Europa del Este, cayó en una crisis económica
fulminante, que entronizó una miseria
brutal, en la medida de la
Caída del Muro de Berlín y de la desaparición de estos sistemas que
apuntalaban la ya
maltrecha economía cubana.
Fidel Castro le llamó a este
vendaval de depauperación, hambre, dolor, desesperación y
muerte < Periodo Especial>. En esta época se
propagaron en Cuba, l
a neuritis óptica y complicación de
polineuritis con parálisis de miembros inferiores por desnutrición, y cero ingestión de carnes, especialmente las carnes rojas, que suministran el complejo B. Las personas perdíamos mucho peso corporal; en recurrentes
casos de forma extrema hasta la aniquilación física; el transporte practicamente desapareció por
falta de combustible y el único transporte masivamente utilizado en La Habana y el resto del país fue
la bicicleta. Los apagones o
cortes de electricidad duraban de 16 a 18 horas diarias echando a perder,
para colmo; las pocos alimentos que se conseguían. Las autoridades,
con total desenfado; ofrecían la información de los municipios
"que les tocaba por horas" los
cortes eléctricos; por medio del único periódico que existía de tirada diaria, (
escasa)
el diario Granma (conocido como el
Órgano Oficial del Partido Comunista Cubano )
Miserable carnicería sin ningún producto cárnico.
La Habana Cuba. Década de 1990
(Imagen: cubaenmiami.com)
Las pocas fábricas que habían, cerraron sus puertas; se paralizó practicamente la recogida de basura, el desempleo fue generalizado o en su defecto "funcionaban unas horas" algunos empleos si había electricidad en el área. Desaparecieron también los productos de limpieza personal y general(Jabones, champú, colonias, detergentes, desinfectantes, papel higiénico, etc) .Debo aclarar que nunca fue espléndido alcanzar estos artículos, ni tampoco alimentos; pues en Cuba funciona desde la década de 1960,lo que llaman Libreta de Abastecimiento, que limita la compra de toda la "producción industrial" o de la canasta básica)
Entre
muchas más calamidades voy a narrar una que me tocó muy fuertemente:
En 1993 mi madre falleció, los
carros fúnebres escaseaban por falta de
piezas y combustible. De España mandaron
4 carrozas fúnebres "donadas al Pueblo Cubano" (esa era la frase que utilizaban
<donación al pueblo>); una de esas le
"tocó casual o espiritualmente" a mi madre en su deceso,
Gracias a Dios.
Los cadáveres
no se estaban preparando por falta de lo elemental por lo que los velorios
deberían agilizarse., Desde el
momento del fallecimiento hasta el entierro vino aparejada una serie de desatenciones funestas. La manera de transportar el cadaver, el descuido para amortajarla, de ahi que mi hermana y yo decidimos realizar esta función, la pesima confeccion de los ataudes entre otro dechado de visicitudes.
Solo
se podía comprar, por los dolientes o amigos,
4 coronas de flores en total en la
funeraria. Para rematar aquella cruda tragedia el cristal del féretro
había que trasladarlo de una caja a otra.Estos cristales montados en un marco cuadrado
quedaban insertados con dos tornillos en el área
de la cabeza para acceder a la
visión del cadáver; luego eran sustituidos
por tapa de madera para pasarlo a otra caja fúnebre en la funeraria, cuando terminaba el velorio. Con esto quiero decir que
el cristal rotaba de capilla ardiente, en capilla ardiente, pues
disponían solo de uno por cada funeraria, aparentemente para ahorrar.
El
sacerdote de la parroquia a la que mi madre asistía, (pues ella
nunca dejó de ser católica como ocurrió en Cuba, cuando el gobierno
decidió convertirse en ateo, obligando a la sociedad a esconder sus imagenes de santos en el escaparate) llegó caminando al
Cementerio Colón de la Habana para despedir el duelo, pues
no pudo encontrar ningún transporte, (
traía los hábitos en una jaba y se vistió en la Garita del cementerio).
Entrada Escultórica del Cementerio de Colon.
La Habana . Cuba
Todo este estado de cosas diabólicas, desembocó en una revuelta popular en la Ciudad de la Habana, conocida como "El Maleconazo". A raíz de esto y como quien intenta quitar la válvula a una olla de presión, Fidel Castro anunció el 13 de agosto de 1994 que eliminaría la guardia de custodia fronteriza y que "todo el que quisiera irse para los Estados Unidos podría hacerlo" de donde vino la <Huida descontrolada en rústicas embarcaciones, cámaras de ruedas y en general las mas increíbles formas de balsas> para atrevezar el peligroso Estrecho de la Florida.
Esa etapa se conoció como <La oleada de los balseros de 1994> durante el mes de agosto y septiembre de 1994; por donde huyeron 32 362 cubanos, o al menos que fueron interceptados en alta mar en su travesía; por la Guardia Costera de los Estados Unidos.Todos los balseros fueron conducidos a la Base Naval Norteamericana de Guantánamo en la zona oriental de la Isla de Cuba; en otros casos a un campamento que habilitaron en la Base Naval Norteamericana de Panamá.
No se ha determinado la cantidad de muertes que produjo esta estampida masiva.
Balseros. Cuba 1994. (Imagen: pinceladasdecuba.com)
En aquella época se fue definitivamente en los primeros 5 años de la década del 1990, mi primo Frankie, pero por avión, viajando directamente a los Estados Unidos reclamado por su mamá. Recuerdo que le hicimos una comida sencilla con lo que conseguimos en mi casa de despedida, pero él estaba muy triste. Para Frankie fue muy amarga su partida "definitiva" pues dejaba a su hijo y esposa en la localidad de Camagüey donde vivían al este de la Isla de Cuba.
En esto consiste la separacion familiar en 5 décadas, unos logran irse de aquel torbellino, pensando que podrán reunirse nuevamente en algun lugar con sus familiares, pero eso no siempre sucede.
Mis hermanos y yo, entre otras personas; lo acompañamos al Aeropuerto de la Habana José Martí y así se fue nuestro querido primo Frankie, el mayor de los hijos del matrimonio de mi tio.
En aquel momento mi madre ya había fallecido en 1993.
Frankie (un tiempo despues en USA) .
A la izquierda de la imagen su hermana, a la derecha; yo.
Agradezco que hayan accedido a la lectura de esta Cuarta Parte de mi relato <Nos vamos para el Norte> que CONTINUARÁ...
Muchas Gracias.
Marta Peña.